Actualmente es muy frecuente la imagen de los niños y jóvenes utilizando auriculares de forma habitual para escuchar su música preferida. Sin embargo, esta actuación puede ocasionar una pérdida irreversible en la audición infantil y juvenil debido al uso inapropiado de estos aparatos reproductores del sonido.
Lesiones auditivas graves
Si los niños se acostumbran a escuchar música con auriculares desde muy temprano, es muy probable que durante la adolescencia esta práctica se incremente tanto en el tiempo de exposición como en el nivel del volumen.
La utilización de auriculares tanto en niños como en jóvenes provoca una inevitable pérdida de audición. Esta enfermedad llamada presbiacusia se inicia cada vez a edades más tempranas, consistiendo en una pérdida auditiva progresiva provocada, no solo por el volumen de los reproductores de sonido, sino también por el tiempo de utilización.
Es muy importante recalcar que estar expuesto a altos niveles de sonido desde edades tempranas, alteran la capacidad de aprendizaje a través de la lectura y la retención de conceptos en la memoria. El primer síntoma de preocupación es la aparición de una serie de zumbidos en el oído que manifiestan una posible lesión.
El principal problema es que estas lesiones no se manifiestan inmediatamente, así que la prevención se hace necesaria desde la niñez. Antes de la aparición de aparatos como el MP3 o el iPod, la pérdida de audición se localizaba en edades entre los 50 y 60 años. Es alarmante el cambio que ha tomado esta enfermedad, cuando se constata que los primeros síntomas de pérdida de audición están apareciendo a partir de los 10 años de edad.
Otra clase de riesgos
Además del problema físico que puede producir la utilización de estos reproductores en niños, existe un problema añadido, el sociológico, el cual provoca que estos se aíslen del mundo que los rodea. También existe el riesgo añadido de la falta de atención, pudiendo ser víctimas de accidentes a causa de no advertir las señales acústicas o por falta de atención a las señales de tráfico, por ejemplo.
Recomendaciones
En el caso que la utilización de auriculares sea algo que no se pueda controlar, existe una serie de recomendaciones que pueden servir al menos, para minimizar posibles daños:
- Adaptar el volumen del sonido a algo menos de la potencia total del reproductor.
- Limitar el tiempo de exposición.
- No permitir que la utilización de auriculares pueda suponer la pérdida de la relación social con sus compañeros y el entorno.
- No dejar nunca que se queden dormidos con ellos puestos. El oído también necesita descansar.
- Intentar que el niño utilice auriculares tipo DJ, ya resultan menos agresivos al no estar en contacto directo con el pabellón auditivo.
Desirée R.A.